17.12.09

Las pupusas

Ayer, llevé a un grupo de mis estudiantes a Café Guanaco Jr. (en toda la esquina de 500 E. y 2700 S. en Salt Lake) para probar pupusas.  A todos nos gustaron.




Sé que las pupusas no son chilenas.
Son salvadoreñas, pero hace tiempo que las conozco.  Una tía mía nos invitaba a comerlas de vez en cuando.  En la universidad, Claudia Loucel me enseñó a hacerlas, también, pero las mías nunca salían bien. 
Una vez, fui a una fiesta en Logan, y mientras la Claudia hacía pupusas, Angenette hacía sus famosas empanadas argentinas.  Decidieron hacer un experimento: rellenaron una pupusa con el relleno de empanada.  Yo les dije que la tenían que llamar una "pupu-nada."
No les gustó mi chiste.

4.12.09

La Navidad

Siempre me acordaré de mi primera navidad en Chile.
Mi familia y yo fuimos a Arica en 1987, cuando yo tenía 11 años. Fue la única vez que todos fuimos juntos.
Mis padres me prepararon para aceptar el hecho de que no iba a recibir muchos regalos ese año. Aun así, fue un poco difícil, porque yo estaba acostumbrado a recibir un mínimo de seis o siete regalos.
Aquél año recibí: una camiseta blanca con el logotipo de Adidas y una botella de Colonia ("Millionaire" by Mennen).

En diciembre de 1987, mis primos Goyo, Esteban, Checho, y Javier me enseñaron a jugar al ajedrez.
Mi prima Claudia me introdujo al mundo de los mercados al aire libre (las ferias) de Chile.
Mis padres me dieron una lección sublime en las bendiciones que trae el sacrificio cuando le regalaron una lavadora a mi abuela setentona - por primera vez en su vida, no tendría que lavar la ropa a mano. 
En diciembre de 1987, aprendí que no necesitaba recibir regalos para disfrutar del espíritu de la navidad.
Un día, llevaré mi esposa y mis hijas a pasar la navidad en Chile.  Sería lindo continuar esa tradición.